Ever y Damen todavía están separados por el veneno en el cuerpo de Damen. Su única esperanza de estar juntos es el antídoto que se derramó en la camisa de Jude cuando mató a su enemigo Roman. Ahora Haven tiene posesión de la camisa -y ella está en busca de venganza. Cegada por la rabia y el dolor, Haven -que culpa a Ever de matar a Roman- todavía podría ser el enemigo número uno de Ever y Damen. Ever es forzada a tomar una imposible decisión -permitir a Haven que la destruya a ella y a sus amigos más queridos, o mandarla a Shadowland, el abismo de las almas perdidas.
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